Definición
La Tierra es un cuerpo planetario rocoso compuesto por sustancias minerales, fluidas y gaseosas que forman un conjunto coherente. Su superficie y sus envolturas internas generan entornos diversos en interacción constante.
Estructura interna
El interior está organizado en un núcleo metálico, un manto silicatado dúctil y una corteza sólida. Las transiciones entre estas regiones muestran variaciones de densidad, plasticidad y conductividad térmica que estructuran los movimientos internos.
Envolturas fluidas
Alrededor de la superficie sólida se encuentran la hidrosfera —formada por aguas líquidas, sólidas o vaporizadas— y la atmósfera compuesta por gases estratificados. Estas envolturas regulan los intercambios energéticos entre el interior y el medio externo.
Superficie y dinámica
La superficie presenta continentes, cuencas oceánicas, zonas de relieve, llanuras y líneas de fractura. Los movimientos internos provocan deformaciones, formación de materiales y un remodelado progresivo de la topografía.
Sistemas geofísicos
El sistema incluye un campo magnético generado por los movimientos del núcleo, una circulación atmosférica estructurada, un ciclo del agua que conecta océano, superficie y atmósfera, y un conjunto de procesos que regulan el equilibrio energético.
Evolución
Las capas internas se enfrían y reorganizan con el tiempo, la superficie cambia bajo la acción de los fluidos y las envolturas gaseosas evolucionan según los intercambios internos y la radiación externa.
Límites e interacciones
El principal límite es la transición hacia el espacio circundante, donde los gases se vuelven menos densos. La interacción con el medio espacial influye en la forma de la atmósfera, la dinámica energética y la transferencia de partículas.