Definición
Una estrella es una esfera de plasma mantenida por su propia gravedad, cuya temperatura central permite la fusión nuclear de núcleos atómicos. Emite radiación electromagnética, principalmente luz visible, a partir de la energía generada por esas reacciones internas. Las estrellas no son objetos sólidos, sino masas gaseosas en equilibrio dinámico.
Estructura
La estructura de una estrella se organiza en capas concéntricas: el núcleo, donde ocurren las reacciones de fusión; la zona radiativa, donde la energía se transporta por radiación; la zona convectiva, donde el calor se mueve mediante convección; la fotosfera visible; la cromosfera; y finalmente la corona externa. Cada capa se caracteriza por diferencias de temperatura, presión y modo de transporte de energía.
Funcionamiento
El funcionamiento de una estrella se basa en el equilibrio entre la presión térmica de la fusión nuclear y la fuerza gravitacional que tiende al colapso. En el núcleo, átomos ligeros como el hidrógeno se fusionan en elementos más pesados, produciendo energía en forma de fotones. Este proceso también libera neutrinos y mantiene la estabilidad de la estrella mientras haya combustible disponible.
Evolución
Las estrellas siguen un ciclo vital determinado por su masa inicial. Nacen de nubes moleculares, evolucionan como estrellas de secuencia principal y luego cambian según su masa: algunas se convierten en gigantes rojas o supergigantes, otras terminan como enanas blancas, estrellas de neutrones o agujeros negros. Su composición y dinámica evolucionan con el agotamiento del combustible nuclear y los cambios en el equilibrio interno.
Variabilidad y Clasificación
Las estrellas se diferencian por masa, temperatura superficial, luminosidad y composición química. Se clasifican según tipos espectrales (O, B, A, F, G, K, M) basados en su espectro de luz. Algunas muestran variabilidad natural (llamaradas, pulsaciones, sistemas binarios), lo que afecta su brillo u órbita.